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Sobre el V Congreso Nacional Indígena y sus próximos pasos

Número 19, Año 3, Octubre-Noviembre, 2016



Entre el 10 y el 14 de octubre se llevaron a cabo el V Congreso Nacional Indígena (CNI) y la celebración de los veinte años de este espacio de unidad y organización de los pueblos indígenas de México, en el Centro Indígena de Capacitación Integral (CIDECI – UNITIERRA) de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Durante dos décadas esta red-asamblea ha luchado por la reconstitución integral de los pueblos y ha defendido el territorio frente al gran capital. En sus filas se encuentran varias de las más importantes luchas contra el despojo capitalista que son un referente en el ejercicio de la autonomía a nivel internacional: las comunidades zapatistas en Chiapas con más de veinte años de autogobierno y control territorial; la comunidad nahua de Santa María Ostula, Michoacán, con su Policía Comunitaria en defensa de las tierras comunales arrebatadas a los caciques de la región que las habían despojado antes; la comunidad purépecha de Cherán con su experiencia de autonomía política y en seguridad frente a los talamontes del crimen organizado y los partidos políticos electorales que no sirven al pueblo; la tribu yaqui con su tenaz defensa del territorio y el agua contra los grandes capitalistas instalados en Hermosillo, Sonora; las comunidades del pueblo wixárika de Nayarit, Durango y Jalisco, cuyas formas de organización comunitaria han sido clave para la posesión colectiva y la recientes recuperaciones de tierra asediada por poderosos rancheros y empresarios, y la preservación de territorios sagrados que el capital minero internacional ambiciona; entre muchas otras experiencias que ya han tenido espacio en este periódico (ver Torito especial serie Crónicas del Despojo y otros números en tejiendorevolucion.org). El V Congreso Nacional Indígena contó con la presencia de más de trescientos delegados y delegadas de 32 pueblos, naciones, tribus y barrios de pueblos originarios, representatividad que lo hace un acontecimiento de suma importancia para el movimiento indígena y anticapitalista. Sin embargo, su importancia no se reduce al número de representantes, a ello hay que sumar las discusiones e intercambios que tuvieron durante cinco días de trabajo. En reuniones cerradas, mesas de trabajo y dos reuniones plenarias que todas y todos tuvimos oportunidad de presenciar, los pueblos hicieron una radiografía a nivel de suelo de un territorio nacional que se desangra después de décadas de políticas neoliberales y extractivismo salvaje que sólo beneficia a la burguesía nacional e internacional a costa del trabajo, la vida, la salud y la dignidad de las y los de abajo. Todo quedó plasmado en el documento final Que retiemble en sus centros la tierra que puede leerse en internet (ver enlacezapatista.ezln.org.mx). Al mapa de despojo y represión que habían hecho en 2014 donde se señalan los 29 espejos de resistencia y rebeldía (ver Crónicas del despojo en tejiendorevolucion.org) se agregan hoy 27 denuncias que proporcionan las coordenadas de más agravios que sufren los pueblos y los trabajadores de todo el país: mineras, fracking, carreteras, transgénicos, paramilitarismo, despojo de saberes ancestrales, despojo de la materia de trabajo, contaminación con agroquímicos, megaproyectos, invasiones de tierras, desviación de ríos, deforestación, etc. A pesar de la represión, la muerte y la destrucción, los pueblos han determinado tomar la ofensiva para “desmontar desde abajo el poder que desde arriba” se impone y “construir una nueva nación por y para todas y todos”. Para ello acordaron la formación de un Concejo Indígena de Gobierno y el nombramiento de una delegada que, como candidata independiente, contenderá a nombre del CNI y el EZLN en el proceso electoral de 2018 para la presidencia de México, todo esto con la finalidad de llamar a los pueblos originarios y trabajadores del campo y la ciudad a organizarse, a detener la destrucción y construir, rehilando desde abajo, la paz y la justicia en México. Esta propuesta, que se encuentra en proceso de consulta por las y los miembros del CNI en sus comunidades, regiones y organizaciones, ha causado mucha polémica desde su publicación el 14 de octubre pasado. También ha motivado un ambiente de discusión política que consideramos muy saludable al seno de las organizaciones adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, y simpatizantes del zapatismo y del CNI en general. Pensamos que vienen meses de discusión, dentro y fuera de la izquierda anticapitalista, que pueden ser muy productivos y que debemos aprovechar para generar acciones contundentes en los momentos clave de la lucha contra el sistema dominante. Lo que, por lo pronto, desde Tejiendo Organización Revolucionaria podemos aportar son sólo algunos puntos para nutrir las discusiones y que parten de la visión que como organización tenemos del CNI y el EZLN. Al leer la propuesta hay que tomar en cuenta que en el CNI se acumulan muchos años de ejercicio de la autonomía por la vía de los hechos; de resistencia ante la brutal represión y lucha por la supervivencia frente al despojo capitalista. Esto les da una experiencia práctica que pocos sectores de izquierda pueden presumir y que, desde hace varios años, se han dedicado a plasmar en documentos políticos de gran valor para toda lucha anticapitalista. Nos referimos, por ejemplo, al Manifiesto Indígena del Primero de Mayo (2001); el Pronunciamiento sobre el derecho a la autodefensa indígena (2009); las declaraciones de la compartición CNI-EZLN: Sobre la represión a nuestros pueblos y Sobre el despojo a nuestros pueblos (2014), entre muchos otros. Es esta experiencia registrada y sistematizada en tratados, declaraciones y pronunciamientos, la que les ha permitido grandes avances en el pensamiento crítico. Además, son hoy uno de los pocos sectores organizados y con capacidad de respuesta ante la fase de acumulación por despojo actual. El EZLN, por su parte, ha mostrado gran capacidad analítica propia de una organización política que estudia cuidadosamente la realidad y desprende de dicho estudio una táctica y una estrategia a seguir. El rigor de su lectura y su capacidad teórica han sido evidentes en muchas ocasiones. En este sentido, desde su irrupción en 1994, han promovido el ejercicio del pensamiento crítico desde distintos espacios, y han hecho importantes aportes, teóricos y prácticos, a la izquierda en todo el mundo. No debemos olvidar que fue a partir de una de sus iniciativas, el encuentro “Intergaláctico”, que organizaciones de todo el mundo caracterizaron de manera conjunta al neoliberalismo y las elaboraciones teóricas resultantes tuvieron un impacto masivo en las luchas que se articulaban en distintas partes del mundo para hacerle frente, o que su propia aparición fue una reivindicación de izquierda en un momento en que la derecha parecía haber ganado ideológicamente. Tampoco debemos olvidar textos clave para la comprensión del orden mundial como 7 Piezas Sueltas del Rompecabezas Mundial, La Cuarta Guerra Mundial, o los análisis compilados en el tomo I del libro Pensamiento Crítico Frente a la Hidra Capitalista. Igualmente, nos resultan clave textos sobre política en el contexto nacional como La (Imposible) ¿Geometría? del Poder en México, Los Peatones de la Historia, la serie Ell@s y Nosotr@s o las propias declaraciones de la Selva Lacandona. En todos ellos nos advierten implícitamente que, para hacer política de forma contundente y efectiva, es necesario un ejercicio constante de estudio de la realidad y análisis que, pensamos, el EZLN hace. También se lee en ellos su capacidad de revisar críticamente sus propios pasos y obtener conclusiones de ello para, si es preciso, reorientar el camino, cambiar de táctica y seguir avanzando en la lucha anticapitalista. Todos estos ejercicios son importantes como aportes teóricos más allá de una posición erudita, ya que en la práctica, donde debe mostrarse la validez y efectividad de la teoría, han sostenido por más de veinte años una de las experiencias de autogobierno y control territorial más importante de la historia reciente, han influido en decenas de procesos organizativos en todo el mundo y se han mantenido como una organización con impacto a nivel internacional capaz de generar coyunturas y levantar procesos relevantes en contra del Estado y el poder del capital. Por todo lo anterior consideramos que el acuerdo del CNI y el EZLN, a reserva de que conozcamos los detalles y su desenvolvimiento en los siguientes meses, debe reconocerse como una propuesta fruto de un análisis riguroso de una realidad cambiante, que no es la misma que hace diez, veinte o treinta años. Aunque el enemigo es el mismo y existen muchas regularidades en el capitalismo, las condiciones, oportunidades y espacios de la lucha no son los mismos, y ese es el terreno sobre el que debe darse la discusión política de esta propuesta. Nos parece importante tener eso presente frente a las iniciativas con que las y los compañeros han desafiado al poder a lo largo de su historia. Por otro lado, también nos interesa advertir que, desde nuestra opinión, no es una recepción ciega y acrítica lo que merece la iniciativa de los y las compañeras del CNI, ni es sana una postura así ante ningún acontecimiento. Al contrario, la propuesta que hoy lanzan debe motivar la reflexión y, por qué no, ser una razón para seguir formándonos en la teoría y en la práctica, para seguir desarrollando herramientas que nos permitan comprender la realidad y construir la lucha y la organización revolucionaria que hoy necesitamos.

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