Número 29, Año 6, febrero, 2019
Asumiendo la invitación que ha hecho el gobierno federal respecto a que el pueblo debe decidir sobre los asuntos públicos así como debatir y discutir los asuntos que a todos nos involucran, veamos rápidamente y sentemos nuestra opinión sobre uno de los programas estrella del gobierno federal: Jóvenes construyendo el futuro. Se trata de uno de los programas sociales prioritarios del gobierno de la Cuarta Transformación, con él se pretende enfrentar el grave problema de desempleo que vivimos los mexicanos, en particular los jóvenes. Como es ya conocido mediante este programa los jóvenes entre 18 y 29 años de edad podrán acceder a una beca de $3,600 al mes durante un año, mientras son capacitados por diversas empresas y negocios.
Antes que nada es importante comprender que desempleo y empleo precario son dos caras de la misma moneda en México y el mundo. Si el desempleo aumenta y es poco menos que imposible encontrar trabajo, las condiciones para que proliferen los empleos precarios están sobre la mesa. Sin un empleo estable y bien remunerado, quienes no tenemos otra forma de vida, debemos buscar dos o tres trabajos y hacer magia para que las 24 hrs. del día nos alcancen, aceptar los peores salarios y sobrevivir con la inseguridad de saber si el mes o el año que viene tendremos trabajo o no, ya ni siquiera mencionemos el derecho a vacaciones pagadas o la seguridad social.
En México el desempleo es un grave problema para las mayorías ya que incide no sólo en las dificultades económicas familiares, también causa una serie de problemas sociales. Como bien atina a decir el gobernante en turno, la delincuencia y violencia que sufrimos se explica en parte por las pésimas condiciones económicas que hemos vivido durante los últimos 40 años de neoliberalismo, aunque en honor a la verdad habría que sumar a las causas de esta violencia: el afán de ganancias desmedidas de los grandes empresarios y capitales, los negocios que al amparo de la ley explotan o sobreexplotan a sus trabajadores, los negocios ilícitos que con el nombre de delincuencia organizada o narcotráfico se han consolidado bajo el mando del poder político, y la estrategia de guerra y control social que el Estado desató contra el pueblo.
El desempleo crónico, que como ya vimos, trae consigo empleo precario y violencia social, es pues, el problema que Jóvenes Construyendo el Futuro pretende atacar, sin embargo, lo hace partiendo de un diagnostico errado del problema, así como con definiciones equivocadas de las posibles soluciones y de paso generando las condiciones para que éste se profundice, veamos.
Según el gobierno federal “[…] las elevadas tasas de desempleo juvenil están atribuidas a la carencia de una intermediación eficaz y a la falta de experiencia profesional.” Nada se menciona sobre otras posibles causas, nada se dice de que se debe a la necesidad de los capitalistas y grandes empresarios de mantener un ejército completo de desempleados y así poder pagar salarios de miseria y ofrecer trabajos en condiciones inseguras e insalubres, total, quien no tiene trabajo aceptará cualquier tipo de empleo; nada se dice sobre que el desempleo está vinculado con la necesidad de explotar al máximo a unos cuantos y condenar a desempleados y empleados a la miseria; para nada el desempleo se asocia con la mala planeación de las actividades económicas que se concentran en aquellas áreas que al negocio convienen y no a la necesidades sociales; nada se menciona sobre lo absurdo que es que muchos de nosotros trabajemos 10, 11 o más horas diarias, mientras otros tantos de nosotros no encontramos trabajo.
Es decir, según el gobierno en turno, el desempleo sería una anomalía fruto sólo de la corrupción y los malos manejos de malas personas o como dicen, de la “mala intermediación” entre los posibles empleados y los patrones. No sería, como se ha demostrado desde hace décadas, una característica normal del capitalismo, el régimen social que sólo busca el beneficio de los burgueses empresarios necesita del desempleo como el pez necesita del agua para sobrevivir, la historia lo demuestra. Pero ciertamente no podemos pedirle peras al olmo, el gobierno de la 4T no puede asumir posiciones anticapitalistas, un gobierno que se asume “anticorrupción” no puede identificar en el capitalismo y los grandes empresarios y burgueses el verdadero problema, aun cuando el enemigo sigue estando ahí.
Si el diagnóstico del problema está equivocado las soluciones propuestas también lo están. Otorgar una beca de $ 3, 600 al mes por ir a “capacitarse”, digámoslo claro, a trabajar durante un año, es un paliativo, importante sin duda y que puede aliviar la maltrecha economía de nuestras familias, sin embargo, así como el paracetamol no cura la enfermedad, así tampoco las becas solucionan el desempleo y el empleo precario. Para los jóvenes becarios es un ingreso nada despreciable aunque ciertamente apenas supera por unos cuantos pesos el salario mínimo mensual, que sería de unos $ 3,080 al mes. Ya en otro momento comentaremos que tan mínimo es el salario mínimo incluso con los aumentos de este año que comienza, por ahora baste recordar lo que todos sabemos, de tan chiquito que es no alcanza para nada, por eso muchos de nosotros debemos encontrar trabajos donde nos paguen no uno, ni dos, si no varios salarios mínimos, o vivir con la familia o amigos y entre todos repartir los gastos, o tener dos o tres trabajos que nos ocupen todo el día para juntar lo mínimo necesario, etc. las estrategias para sobrevivir se nos dan bien al mexicano de a pie.
Si para la o el joven esa beca es apenas un paliativo, un paracetamol, para los empresarios y burgueses, en lenguaje de la 4T llamados “tutores”, es una apetecible tajada del pastel. Estos tutores, que incluyen a grandes empresarios como Slim, Salinas Pliego y German Larrea y empresas como Coca-Cola, Mexichem, Bimbo, Cemex o Chedraui, entre otras, tendrán el beneficio de recibir a más de 2 millones de jóvenes, usar su fuerza de trabajo, es decir, los pondrán a trabajar para ellos, usarán sus talentos y capacidades, se quedarán con la riqueza producida por estos jóvenes sin pagarles absolutamente nada, los empresarios o tutores se apropiarán no sólo de las llamadas ganancias, que normalmente se quedan después de pagar un salario a su trabajador, no, en este caso se quedarán con todo, ya que no pagaran ningún salario. Como es bien sabido el dinero para la beca-salario vendrá del presupuesto federal, y aquí vale la pena una pequeña aclaración, no lo pondrá el gobierno, lo pondremos todos ya que ese dinero es dinero del pueblo.
En resumen, los empresarios burgueses aprovecharan a los nuevos becarios-trabajadores, los explotaran, los jóvenes recibirán poco más de un salario mínimo y el dinero para eso lo pondrá el pueblo, parece claro quiénes son los ganones de este programa social, esos empresarios antes miembros de la mafia del poder y ahora asesores económicos de la 4T.
Estos grandes burgueses beneficiados son los mismos que representando el capitalismo en México han provocado la ruina del país, su afán de ganancia no tiene límites ya sea dentro o fuera de la ley, con o sin corrupción buscan siempre su beneficio aun cuando nos lleven entre las patas, si este programa los beneficia no podemos esperar nada bueno de ello, sólo más de lo mismo, pero ahora de formas buenas y nobles, sin romper la ley.
Como decíamos antes, no podemos pedirle peras al olmo, si pretendemos mejorar nuestras condiciones de vida, solucionar el problema del desempleo y aprovechar las fuerzas de la juventud, las soluciones no vendrán desde arriba, eliminar la corrupción y repartir mejor el pastel es un avance, mínimo pero un avance; sin embargo los problemas que vivimos son tan graves y tan urgentes de solución que el paracetamol no alcanza, hay que tomarlo pero no alcanza, somos los de abajo, las mayorías trabajadoras y desempleadas quienes debemos organizarnos y encontrar entre todos las soluciones, exigir al gobierno inversión productiva y no sólo becas, exigirle que eche abajo la reforma laboral de Peña Nieto y de Calderón, debemos promover procesos cooperativos y autogestionarios, demandar y luchar por mejores condiciones laborales, impedir que los burgueses empresarios se queden con la mayor tajada de pastel, aun cuando desde el gobierno parezcan conformarse con eso.
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