Número 35, Año 6, septiembre, 2019
El asunto del crecimiento económico en el segundo trimestre del año ocupó, en días pasados, los espacios en periódicos, radio, TV, mañaneras y redes sociales. En los primeros informes el INEGI afirmó que el PIB crecería 0.1%, más tarde en el informe corregido la cifra oficial quedó en 0% de crecimiento del PIB de abril a junio de este año. Ante esta situación los comentaristas y opinadores de siempre, esos a quien ya nadie les cree, gritaban a los cuatro vientos anunciando la recesión, la crisis y el desastre económico gracias al nuevo gobierno y sus supuestas malas decisiones. De parte del gobierno, en cada mañanera y con el eco de los nuevos (y reciclados) opinadores e ideólogos de la 4T, se difundió que todo va bien, que el “pueblo está feliz” y que el incremento de 0.1% daba al traste contra los malos augurios y presagios oscuros de la derecha y los corruptos de siempre, ya más tarde el jefe de la 4Taceptó que el “crecimiento es una asignatura pendiente”. La polémica alrededor del crecimiento económico ha estado y seguirá presente a lo largo del sexenio, y no es para menos, todos necesitamos saber que tendremos los medios para vivir, el dinero suficiente en el bolsillo para mantener a la familia, y como es natural pensamos que si hay crecimiento económico es algo bueno para todos. Sin embargo, estas ideas establecidas, esto que todos pensamos, es lo que hay que poner siempre en duda, y más en tiempos de supuesta transformación social. ¿Qué significa que el PIB crezca o no? ¿Qué nos dice el PIB sobre la economía del país y en particular sobre la economía de nuestras familias? Anotemos algunas ideas básicas: 1.- Que la economía nacional mejore o haya crecimiento económico, que el PIB crezca, ya sea al 0.1% o al 2% o al 4% etc., no quiere decir que nuestra economía personal mejore, ni que haya más dinero en nuestros bolsillos o nos alcance para más. 2.- El PIB es una medida del valor de las mercancías que se producen en un país determinado. Puesto de otro modo, el PIB nos indica la suma de los precios de los productos, bienes y servicios que se producen en México, por lo que se trata de una medida comercial, es decir, atañe al valor comercial de las cosas. No mide la cantidad de comida, techo, vestido y alimento que se produce en un país y que pueden satisfacer las necesidades de la población, sino el precio de esa comida, ese techo y ese alimento. Es en este sentido, una medida que sirve a los dueños del dinero para saber si han producido cosas que les permitan acrecentar sus ganancias. 3.- El PIB no toma en cuenta las riquezas y los recursos naturales, ni el patrimonio histórico o cultural, no contempla la infraestructura ni la maquinaria instalada, no considera las riquezas que miles de personas producen para su autosustento, no incluye el trabajo no remunerado ni doméstico, por otro lado, tampoco considera la cantidad de dinero y valores que provienen de los mercados ilegales de todo tipo, delincuencia organizada y narcotráfico incluidos. 4.- Por todo lo anterior el PIB no nos dice nada sobre la igualdad o desigualdad económica, sobre la pobreza o la inseguridad, no nos dice si vivimos bien o no, si tenemos educación y salud o no, si tenemos empleos suficientes y bien remunerados, si poseemos seguridad social y pensiones dignas, si gozamos de la cultura, el entretenimiento y el ocio, si cuidamos o no los bienes naturales para que los disfruten las generaciones futuras, si vivimos en una sociedad justa o no, en fin, el crecimiento del PIB no nos dice nada sobre si tenemos una vida digna o no. 5.- ¿Lo anterior significa que no necesitamos estadísticas y formas de medir la riqueza, la producción y la economía? No es así, ciertamente para poder llevar a cabo políticas y acciones en beneficio del pueblo es fundamental generar datos sobre el desempeño económico, conocer y medir diversos aspectos de la economía y la producción. Sin embargo, el asunto acá, como siempre, es una cuestión de clase. ¿Qué cosas nos interesa medir y cómo medirlas? A los y las de abajo, a los trabajadores, nos interesa más que medir el PIB, algunos otros asuntos, por ejemplo: ¿Cuál es el índice de desarrollo humano? ¿Cuál es el índice de desigualdad? ¿Cuáles la esperanza de vida, la mortalidad infantil, la tasa de desnutrición y de analfabetismo? ¿Cuál es el impacto ecológico de la actividad productiva y económica? ¿Qué tecnologías y maquinarias dañan más la naturaleza, de cuáles podríamos prescindir y cómo? ¿Cuáles de estas tecnologías y maquinas nos enajenan y vuelven zombis domesticados? ¿Qué tecnologías existentes no se han usado lo suficiente y por qué motivos? Aún más, ¿Cuál es la tasa de explotación? ¿Cuál es el valor de nuestra fuerza de trabajo? ¿Cuánto ha caído el valor real de nuestro salario, es decir, para qué nos alcanzaba antes y para qué nos alcanza hoy? ¿Qué tanto de todo lo que producimos se lo quedan los patrones en forma de plusvalías y ganancias? ¿Cómo se distribuye la riqueza de todo el país entre patrones y trabajadores, es decir, cuánto de ese PIB se va a salarios y cuánto a las ganancias de los grandes empresarios y burgueses? ¿Qué de lo que producimos sale sobrando y sólo alienta el consumismo y el daño ecológico? ¿Qué y cuánto necesitamos producir para satisfacer las necesidades sociales de comida, techo, vestido, cultura, transporte, recreación, educación, salud?, etc. Si consideramos los puntos anteriores entonces ¿por qué tanto ruido con el crecimiento económico y el PIB, acaso no debería importarnos si la economía va bien o mal? No es tan simple como eso, sin duda importa que se produzca lo necesario para que todos podamos vivir dignamente, sin embargo, en México como en la mayor parte del planeta, las economías locales y la economía global no están organizadas ni pensadas para satisfacer las necesidades de la gente. Lo que guía y define la economía en el capitalismo, es el ansia de ganancias, si hoy los grandes empresarios ganan, se dirá que la economía va bien, si mañana no ganan lo mismo o ganan un poco menos, se dirá que la economía entra en crisis, de lo que no hablaran es de las causas de la crisis, acaso echaran la culpa a la “poca productividad” de los trabajadores, posiblemente hablaran de la ineptitud y corrupción de gobiernos, quizá de algunos errores y malos manejos de banqueros o empresarios, pero nada dirán sobre los problemas fundamentales del capitalismo, nada sobre lo absurdo de la lógica que guía la economía capitalista, nada sobre los problemas que surgen cuando a los dueños del dinero les importa bajar lo más que puedan los salarios y luego tienen el problema de que nadie tiene para comprar sus mercancías, nada dirán sobre lo absurdo que es tener millones de productos y mercancías sin que nadie las pueda comprar y tener que destruir o devaluar las riquezas ya producidas, nada dirán sobre estas y otras contradicciones inherentes al capital y su sistema. Lo cierto es que a las y los trabajadores poco nos importa si ese de arriba se enriquece o no; prácticamente en toda la historia del capitalismo las riquezas de arriba nunca han llegado abajo, cuando esto ha pasado sólo han sido migajas y limosnas. Por otro lado, las deudas y los problemas que las crisis económicas traen si nos pegan. Como dicen por ahí, el capitalismo privatiza las ganancias y socializa las deudas, o lo que es lo mismo, unos cuantos se quedan con todo y a nosotros nos dan lo que les sobra, si acaso. Por último, no podemos dejar de comentar una imagen que recién ocupo las pantallas televisivas: el pulpito y el equipo presidencial, periodistas y demás escenografía de personajes históricos, mañanera en curso y… entra en escena Carlos Slim. Empresario y presidente hablando sobre desarrollo, crecimiento, inversiones y economía, sobre acuerdos que supuestamente a todos nos benefician, Carlos Slim al lado de AMLO en la conferencia mañanera anunciando que la economía mejorará, en términos de la 4T “poder económico y poder político” juntos anunciado que todo va bien, pero no. Esperamos que no nos acusen de aves de mal agüero o de que queremos que la 4T no sea un éxito, sinceramente nos gustaría que las cosas para el pueblo mejoraran, que la pobreza se erradicara, que la educación y la salud realmente fueran un derecho para todos, que la desigualdad insultante que hoy prima, no existiese, etc., lamentablemente nada indica que con el gobierno en turno, por muy honesto y anticorrupción que sea, las cosas mejorarán. Los nubarrones de la crisis global capitalista se ven en el horizonte y no es culpa de AMLO, ni de la cancelación de este o aquel proyecto, aeropuertos de Texcoco incluidos, como gusta de decir la derecha y sus representantes; pero sí es su responsabilidad no informarlo, no formar políticamente al pueblo y mostrarle que el enemigo es ese capitalismo que beneficia a los mismos Slim de siempre y se jode a los ya jodidos de por si, a nosotros, a ustedes, a las mayorías trabajadoras. Es su responsabilidad cuando le miente al pueblo al decir que encabeza una transformación radical siendo que no ha transformado nada fundamental. Pero seamos claros, la responsabilidad mayor es de esos viejos vampiros que chupan la riqueza y el trabajo de todas y todos, esos empresarios burgueses que hoy se suman a la 4T como ayer se sumaron a EPN, Calderón o Fox por mencionar los últimos empleados del gran capital.
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