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El gasolinazo: un pretexto para llamar a la organización desde abajo y la izquierda

Número 20, Año 4, febrero - marzo, 2017


El pueblo mexicano ha recibido el inicio de año con la subida de la gasolina, tan sólo una probadita de lo que implica la reforma energética, pues es tan sólo una expresión del poder que ejerce la clase dominante sobre todos nosotros.

Se ha demostrado que las injusticias por parte del gobierno mexicano no cesarán, no mientras los que sigan dirigiendo el país sólo vean por sus intereses. Seguirán explotando nuestros trabajos y seguirán sacando más capital de cualquier medio posible, mientras que desde abajo y a la izquierda no haya una fuerza que los frene.

Por otro lado, la clase política nacional aprovechó para seguir con las injusticias, se concedieron el aumento de sus sueldos, de sus aguinaldos, los bonos no se dejaron de otorgar, y al mismo tiempo el dólar subió. El pueblo medio sobrevive con el aumento de los precios de los productos que más se consumen y que son necesarios para la vida cotidiana, cada día más población mexicana es acorralada a quedarse sin su subsistencia básica. Estamos pagando como pueblo los lujos de la clase poderosa.

Parece que el 2017 recibe al pueblo mexicano afectado por uno de los golpes que ha desencadenado la caída de la economía nacional, o por lo menos una parte, el proceso de privatización de la industria petrolera, ejemplos hay bastantes: la reforma energética, la desmantelación de la industria de los hidrocarburos, la subida de la gasolina y más. Y aunque el poder que ejerce el Estado es cada vez más fuerte, la inconformidad y descontento social continúa expresándose en las calles por parte de un amplio sector de la población explotada. Las protestas fueron evidentes y alcanzaron a tener eco y respaldo a lo largo del territorio mexicano. El sector popular enarboló banderas en contra del gasolinazo, y los trabajadores, estudiantes y hasta los partidos políticos apoyaron, a sus modos, esta consigna. Éstos últimos administrando el conflicto para beneficiarse de las consignas y del poder de convocatoria que tuvo el boom del gasolinazo.

Mientras las manifestaciones sociales iban tomando fuerza en sectores populares, la comunidad estudiantil respondía tardíamente y se unía a unas pocas marchas. ¿Esta respuesta se habrá debido al periodo vacacional? o ¿es porque como estudiantes no entendemos cómo nos afecta? Fue hasta el 9 de enero que decenas de estudiantes del IPN, la UNAM, la UACM, la UAM, así como estudiantes pertenecientes al CCH Vallejo, la FES Cuatitlán y FES Aragón se sumaron a la movilización social en contra del “gasolinazo”.

No obstante, no es suficiente, debemos empezar a trabajar entre todos nosotros y abrazar los conflictos que les atañen a aquellos sectores que pensamos lejanos a nuestra situación. Así, podremos construir una organización que logre embestir al gran capital. Es así que llamamos a organizarnos y a movilizarnos. Ha quedado claro que la movilización que importa es aquella que no anda buscando votos para las próximas elecciones, sino aquella que llama a la organización desde abajo y a la izquierda, a construir desde abajo las condiciones necesarias para la vida digna del pueblo.

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